Cuando era pequeña, como a la mayoría de las niñas, me encantaban las princesas. Como entonces no había tiendas de chinos y los disfraces costaban un dineral, solía ponerme los zapatos de tacón de mi madre y taconear con ellos escandalosamente por el pasillo mientras arrastraba alguno de sus camisones favoritos a modo de traje de noche fastuoso y principesco. La cosa solía acabar en regañina -a qué madre le gusta ver su mejor camisón pisoteado por el suelo-, pero yo tenía mi momento de cuento de hadas.
Cuando me fui haciendo mayor, empecé a verme ridícula con los zapatos y el camisón de mi madre, pero no por eso dejaron de gustarme las princesas. Es más, descubrí que la Historia, la aburrida Historia de los libros de texto, estaba llena de príncipes y princesas auténticos, cuyas vidas superaban con creces en romance, morbo, sexo e intriga a las de las princesas de los cuentos de hadas. La Historia, caí en la cuenta, no era sólo una sucesión soporífera de fechas y reyes godos, de batallitas y tratados de nombre impronunciable. La Historia es el escenario de todas las pasiones humanas, tanto las altas como las bajas -sobre todo las bajas, me temo-. ¡La Historia es el mayor culebrón del mundo! Nacimientos, matrimonios, divorcios, bastardos, asesinatos, intrigas, sexo, amor, traición, ambición, poder, envidia, muerte… todo está en la Historia; ni la literatura, ni el cine, ni los guionistas venezolanos han inventado nada.
Creo que mi afición por los acontecimientos del pasado tiene la fecha del día que mi profesora de Historia de tercero de BUP contó en clase el episodio del collar de María Antonieta. Después vinieron las películas de Sissí Emperatriz, los libros de «Historia de las historias de amor», de Carlos Fisas, las visitas a los Palacios del Patrimonio Nacional… Incluso, hubo una matrícula en Geografía e Historia que se quedó en matrícula (y no precisamente de honor) porque los primeros éxamenes se me juntaron con el papel de madre novata y aquello me sobrepasó. Pero no me importa, no necesito un título que acredite que me gusta la Historia y que me encanta asomarme a sus páginas para tener mi dosis diaria de culebrón.
Y todo empezó con una niña que quería ser princesa. Pensé que yo sería de las últimas niñas que quieren ser princesas. La sociedad actual no está pensada para princesas. Pero me equivoqué. Tengo una hija que, con un disfraz largo hasta los pies y unos zapatos de tacón de la tienda de los chinos, sigue haciendo lo mismo que yo por el pasillo de casa: aturdir a los vecinos mientras vive su cuento de hadas.
Todas las niñas quieren ser princesas. No importa que las mujeres de hoy en día se divorcien, se recasen, se arrejunten, lleven pantalones, trabajen fuera de casa y tengan un master en Harvard; no importa cuánto evolucionen los referentes femeninos, nuestras hijas, y, seguramente, las hijas de nuestras hijas, seguirán queriendo ser princesas. Pero princesas de verdad, de las de antes, con sus vestidos largos, sus faldas huecas, su castillo y, sobre todo, su príncipe azul, uno y único para siempre, con el que ser felices y comer perdices. Y es probable que incluso las mujeres de hoy en día queramos ser princesas… ¿o no?
La semana que viene hablaré del collar de Maria Antonieta. Es una historia muy conocida, pero es bonito recordarla, y, además, así hago un pequeño homenaje a doña Carmen Barranquero, mi profesora de Historia de BUP. Hasta entonces, os dejo este aperitivo del famoso y espectacular collar.
6 comentarios
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25 enero 2011 a 21:39
Grace
Yo, fijate, más que princesa, quería ser mamá, je,je,je… asi que lo he logrado, es lo que tiene tener un sueño facilito.
Yo tb me acuerdo de Carmen Barranquero…
Mi princesa favorita es Lady Jane, que fue Reina de Inglaterra por 9 días y acabó decapitada con 17 años. Me van los dramas…
25 enero 2011 a 23:03
elsitiodeconcha
Si te digo la verdad yo no quería ser princesa. Yo quería ser Matilde Conesa, que era una actriz de radio de la época.Mi afición a la historia, me la inculcó mi padre, ( tu abuelo), era un hombre tan ameno, y tan culto que siempre que viajabamos contaba la historia o nécdota del sitio donde ibámos, esto lo recuerdo desde muy pequeña. Cuando tenía 7 años me regaló el disco de Cascanueces, yo lo bailaba, quería ser bailarina de ballet clásico, pero eso a él no le hacía mucha gracia, preferia que estudiase, y al final terminé trabajando en el Estado. Es lo mejor que hay para una mujer con familia, ya que puedes optar por tener una jornada compatible con tu hogar.
En cuanto al suceso del collar,en una redacción del cole, me dieron un premio sobre ello, y otro sobre Pepito Grillo, las dos la publicaron en la revista del colegio.
Me encantará leerla, luego yo escribiré mi versión, que tengo preparada en un borrador, siempre es bueno contrastar.
En cuanto a la niña, es bueno que quiera ser princesa ahora, luego de mayor será la reina de si misma-
29 enero 2011 a 18:31
Aldo
Yo tambien escribire mi versión Doña Conchita Menglano jejejej… besos…
26 enero 2011 a 10:42
Lord Buworld
Una canción antigua de Sabina decía que «las niñas ya no quieren ser princesas». Yo no tengo tan claro que las de hoy quieran serlo, pero en mis recuerdos de niñes, ya sabes que soy de tu quinta, era un clásico ver a las niñas tratando de disfrazarse de princesas.
Como bien dices, todo está en la Historia.
Saludos Carla, como siempre, un texto excepcional.
26 enero 2011 a 16:02
Marta
Yo creo que todas las mujeres tenemos una niña dentro que sigue queriendo ser una princesa 🙂 qué bonito ser niña y tener esa ilusión!
No conozco la historia del collar! así que espero impaciente a leerlo la semana que viene!!
bss
29 enero 2011 a 18:30
Aldo
Hola me gusta mucho tu publicaciòn, sobre todo por Maria Antonieta, sin lugar a dudas el caso del collar es uno de los mas conocidos,a mi ver fue el primer indicio en la vida de la Reina en que se podia predecir lo que pasa en el futuro. Yo hiva publicar sobre ello en mi blog, e incluso escribi un poema que trata sobre el collar, pero esperare tu publicaciòn y luego publicare mi opinión sobre el famoso collar de la Reina. Tambien admiro mucho a Sissi, me apaciona la vida de Eugenia de Montijo Juana la Loca en fin de todo un poco.l E escrito dos poemas sobre eugenia de Montijo en mi blog. Tambien publique en mi blog sobre Maria Antoniea y le escribi un poema, si deseas, puedo dejarte los link directos para que los rebices, desde ya te digo estoy esperando sobre tu publicación, con Concha tu tia coincidimos en la admiración y facinación por esta mujeres y mas sobre Maria Antonieta…